- El niño parece, a veces, distraído. «Le llamo y no contesta».
- Pone muy alta la televisión.
- Dice, a menudo, “¿qué?”, cuando le digo algo.
- En el colegio o la guardería, los profesores me han alertado del bajo rendimiento escolar o de la sospecha de que no oye bien.
- Mi hijo suele girar siempre la cabeza al mismo lado para oírme.
- Va muy retrasado en el aprendizaje del lenguaje, en relación a los niños de su edad.
- El niño se queja de que no oye bien.
ANTE CUALQUIER DUDA, HAY QUE VALORAR LA AUDICIÓN DEL PEQUEÑO